EL HOMBRE: Un átomo de lo infinito.
<<
No sé quién me trajo al mundo, ni lo que es el mundo, ni lo que soy yo mismo
>>, escribió un creyente. << Estoy en una terrible ignorancia de
todas las cosas. No sé lo que es mi cuerpo, lo que son mis sentidos, mi alma, y
esta parte de mi mismo que piensa lo que digo, que reflexiona sobre todo y
sobre si misma y no sabe más que los demás. Veo estos espantosos espacios del
universo que me encierra y me hallo
atado a un rincón de esta basta extensión , sin que sepa por qué estoy colocado
aquí y no en otro lugar , ni por que él poco tiempo que se me dá de vivir me
fue asignado aquí y no en otra parte en la eternidad que me precedió y en la
que seguirá.
El autor de estas preguntas universales
invita al lector a hallar, como él, las respuestas en la palabra de Dios.
“Tu formaste mis entrañas; tu
me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables,
maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No
fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido
en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro
estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una
de ellas .¡Cuán preciosos me son, oh
Dios , tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! “ ( Salmo 139:13-17)
He aquí que Dios
es excelso en su poder; ¿ que enseñador semejante a El ?
Acuérdate de
engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres.
He aquí, Dios es
grande , y nosotros no le conocemos. ( Job 36:22,24 y
26)
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