EL ÚNICO CAMINO
No todos los caminos van a Roma, ni todas las religiones llevan a Dios. Van de hecho a lugares muy diferentes : extinción o salvación, perdón o castigo, conocimiento personal o disolución en un todo… No le hacemos ningún bien a nadie, diciendo que da igual lo que crea o lo que piense. Cuando andamos como ciegos, al borde del precipicio, no hay mayor cinismo que decir: “no importa el camino que vayas”. Necesitamos conocer la verdad.
Si creemos que Dios existe y ha hecho todas las cosas, Él está más allá de nuestra mente e imaginación. ¿Cómo podemos llegar entonces a conocerle? Es por eso que muchos se hacen un dios a su imagen y semejanza . Un dios que podamos comprender y manejar a nuestro antojo. Pero ¿es ese el Dios verdadero?
Ninguna religión, en ese sentido, como esfuerzo humano, nos puede llevar a Dios. Si Él no toma la iniciativa, no podemos saber nada de Él. Para verdades divinas, necesitamos certezas divinas. Es por eso que el cristianismo es diferente a cualquier otra religión. Ya que no es la historia de los hombres buscando a Dios, sino de Dios buscando a los hombres. No podemos llegar a Dios, pero Él puede llegar a nosotros.
Él está ahí, pero no está callado. “Habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras”, ahora nos habla por medio de su Hijo ( Hebreos 1:1-4). Jesucristo es la Palabra del Dios vivo ( Juan 1:1). No hay nada de Dios que no veamos en Él, y nada de Él que no sea de Dios.
Jesús no muestra la verdad, como Buda, apuntando al Camino, sino que Él mismo dice ser el Camino , la Verdad y la Vida ( Juan 14:6). Es por eso que su muerte es especial. Porque la muerte de cualquier fundador de una religión es la pérdida de un sabio, pero la muerte de Cristo tiene significado eterno . ¡Por ella nos salva! Puesto que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, en que podamos ser salvos” ( Hechos 4:12).
La buena noticia del Evangelio es que Él no está muerto, sino vive. Ya que la tumba de Mahoma es hoy lugar de peregrinación, pero la de Cristo está vacía . Resucitó y subió a los cielos, de donde también ha prometido volver. Por lo que la verdad no está en ninguna religión, sino en el Cristo vivo.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” ( 1 Timoteo 2:5). ¡Esta es la fe que nos salva!
No todos los caminos van a Roma, ni todas las religiones llevan a Dios. Van de hecho a lugares muy diferentes : extinción o salvación, perdón o castigo, conocimiento personal o disolución en un todo… No le hacemos ningún bien a nadie, diciendo que da igual lo que crea o lo que piense. Cuando andamos como ciegos, al borde del precipicio, no hay mayor cinismo que decir: “no importa el camino que vayas”. Necesitamos conocer la verdad.
Si creemos que Dios existe y ha hecho todas las cosas, Él está más allá de nuestra mente e imaginación. ¿Cómo podemos llegar entonces a conocerle? Es por eso que muchos se hacen un dios a su imagen y semejanza . Un dios que podamos comprender y manejar a nuestro antojo. Pero ¿es ese el Dios verdadero?
Ninguna religión, en ese sentido, como esfuerzo humano, nos puede llevar a Dios. Si Él no toma la iniciativa, no podemos saber nada de Él. Para verdades divinas, necesitamos certezas divinas. Es por eso que el cristianismo es diferente a cualquier otra religión. Ya que no es la historia de los hombres buscando a Dios, sino de Dios buscando a los hombres. No podemos llegar a Dios, pero Él puede llegar a nosotros.
Él está ahí, pero no está callado. “Habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras”, ahora nos habla por medio de su Hijo ( Hebreos 1:1-4). Jesucristo es la Palabra del Dios vivo ( Juan 1:1). No hay nada de Dios que no veamos en Él, y nada de Él que no sea de Dios.
Jesús no muestra la verdad, como Buda, apuntando al Camino, sino que Él mismo dice ser el Camino , la Verdad y la Vida ( Juan 14:6). Es por eso que su muerte es especial. Porque la muerte de cualquier fundador de una religión es la pérdida de un sabio, pero la muerte de Cristo tiene significado eterno . ¡Por ella nos salva! Puesto que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, en que podamos ser salvos” ( Hechos 4:12).
La buena noticia del Evangelio es que Él no está muerto, sino vive. Ya que la tumba de Mahoma es hoy lugar de peregrinación, pero la de Cristo está vacía . Resucitó y subió a los cielos, de donde también ha prometido volver. Por lo que la verdad no está en ninguna religión, sino en el Cristo vivo.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” ( 1 Timoteo 2:5). ¡Esta es la fe que nos salva!